jueves, 21 de octubre de 2010

Bicicleta, Cuchara, Manzana

Estas son las tres palabras que la doctora del Presidente Pasqual Maragall le quiere hacer recordar como juego didáctico para motivar su memoria. Son, también, las palabras que dan el título a la película documental del director Carles Bosch. Película que ahonda en los problemas de una enfermedad joven, moderna y temida por todos, y que a pesar de los progresos, aún no tiene ni cura ni manera de frenar su avance.

El Presidente está enfermo de Alzheimer, y en vez de quedarse postrado, como muchos nos quedamos ante los problemas (crisis, ventas, impagados, personal…), lucha y muestra su lucha a todo el mundo. No se cierra ventanas, como otros, que prefieren no hacer nada, resignarse y seguir aumentando su deuda y su crisis personal y empresarial. Como bien el alcalde olímpico "en ningún lugar está escrito que esta enfermedad tenga que ser irreversible. Yo no me quiero quedar sin hacer nada por culpa de ella”.

Sin duda, nuestro amigo Pasqual nos ha dado a todos una lección de esperanza; una lección fundamental para el resto de los pacientes pero, sobre todo para quienes no sufrimos esta terrible patología, ya seamos ejecutivos, emprendedores, tenderos o comerciantes. El caso de Maragall es el mejor ejemplo de cómo se deben afrontar los problemas: si tenemos dificultades en nuestros negocios, debemos de exponerlas sin tapujos para poder tomar decisiones. Levantar la alfombra es un ejercicio sano.

Reflexionando sobre este tema, me vienen a la cabeza el potencial que, por ejemplo, tendrían determinadas acciones de esponsorización a personas con dificultades. Creo que nuestro sector necesita generar proximidad hacia el mundo real ¿Por qué nuestra central no esponsoriza una película como “Bicicleta, Cuchara, Manzana”? ¿Por qué no somos más cercanos a nuestros clientes? Estoy harto de tanto celebrity que hoy está arriba y cuando hay algún rumor de que se droga o, simplemente, porque baja su rendimiento, se caiga de nuestro renglón de negocio...

¿Por qué convertimos a nuestro cliente en una celebrity? ¿Por qué no buscamos un nicho de mercado de comunicación y hacemos una empresa mucho más social? Al fin y al cabo, lo que preocupa a la ciudadanía son temas como el paro, la salud o la educación. Alejémonos un poco de la mundanal vorágine del Deporte y vendamos una forma de vida. No tenemos que olvidar que todos vendemos productos deportivos para una forma de vida (life syle), no para una actividad física.

Obviamente esto significa un buen plan de comunicación y de marketing. El problema es que siempre que se lo recordamos a nuestros dirigentes, hacen oídos sordos, como si no se acordaran de las muchas veces que hemos insistido en ello. En nuestro sector siempre se ha abusado mucho de esta mala memoria y la mayoría de los mal llamados operadores tiene una memoria de poco recorrido, pensando sólo en su corto y medio plazo, y olvidándose por completo de su futuro a largo plazo y, sobre todo, del futuro del sector.

Para acabar, me gustaría recordar, con cariño, el juego que daba el ex alcalde y ex presidente con sus famosas Maragalladas, un término que en castellano podríamos traducir como patinazos y que el propio Maragall definía como “una decisión inesperada para todos aquellos que no son Pasqual Maragall”. Estoy convencido de que si tirásemos de hemeroteca –invito a los medios a que lo hagan- la lista de Maragalladas que han salido de la boca de algunos de los principales líderes de opinión de nuestro desmemoriado sector sería interminable


Rocco Puig
El Roquero del Sector

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